La Semana Santa, conocida también como Semana Mayor, es un período de ocho días que comienza con el Domingo de Ramos y culmina con el Domingo de Resurrección.
Con la Semana Santa, se conmemora el Triduo Pascual, es decir, los momentos de la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesucristo.
La Semana Santa es un tiempo para dedicarse a la oración y reflexionar sobre Jesucristo y los momentos del Triduo Pascual, pues Jesús, con su infinita misericordia, decide tomar el lugar de los hombres y recibir el castigo para liberar a la humanidad del pecado, demostrando cuán bondadoso es.
Durante la Semana Santa, nosotros, los católicos, cumplimos con diversos actos, como procesiones, la escenificación del drama de la muerte y pasión de Cristo, entre otros.
Los penitentes se someten a duras cargas como símbolo de su autosacrificio y, en el día Viernes Santo, los fieles deben de guardar ayuno y abstenerse de comer carne.
ÍNDICE
¿Qué es la Cuaresma?
La Cuaresma es un periodo de preparación, purificación, reflexión y conversión espiritual. Los pilares para esta preparación son la oración, el ayuno y la limosna. La Cuaresma dura 40 días en alusión a los 40 años que pasó el pueblo de Israel en el desierto con Moisés y los 40 días que pasó Jesús en el desierto antes de iniciar su vida pública.
En este tiempo se llama a los fieles a guardar ayuno y penitencia, tal como lo hizo Jesús en el desierto, antes de su salida.
La finalidad de la Cuaresma es prepararnos espiritualmente para recibir a Dios en nuestras vidas. La Cuaresma no es hacer un ramillete espiritual, es discernir hacia dónde está orientado el corazón. El viaje de la Cuaresma es un éxodo, es un éxodo de la esclavitud a la libertad.
El inicio de la Cuaresma está marcado por el Miércoles de Ceniza y el final lo marca la víspera del Domingo de Pascua o de Resurrección.
El día Miércoles de Ceniza se caracteriza por la imposición de las cenizas en la frente de los fieles, mientras el padre pronuncia las siguientes palabras, contempladas en el libro Génesis:
“Acuérdate, hombre, de que eres polvo y en polvo te has de convertir” (3: 19).
La cruz de ceniza en la frente tiene un poderoso simbolismo, ya que representa el sentimiento de arrepentimiento por los pecados cometidos.
En la Cuaresma nos preparamos para comprender un poco mejor lo que quiere decir «Resurrección», nos hace anhelar la absoluta necesidad de la salvación.
Nos podemos preparar cultivando la confianza que nos viene de la Fe y la disponibilidad del discípulo que se deja instruir. En el fondo, se trata de hacer que nuestra vida sea el lugar mismo de escucha y de aprendizaje progresivo de la vida de Fe.
¿Cómo prepararnos para vivir mejor la Cuaresma?
Para prepararnos como es debido, la Santa Iglesia llama a la caridad, al ayuno y al arrepentimiento.
La caridad nos llama a servir a los demás, a nuestros hermanos y especialmente los más necesitados, ayudar en lo que podamos y si no tenemos tiempo, hacerlo con una contribución económica para que otros den el tiempo que no tenemos y hagan las obras de caridad que necesita nuestra sociedad.
El ayuno debemos hacerlo como un sacrificio a Dios, no solo como una tradición, sino comprender con consciencia de que lo estamos haciendo para mostrar un pequeño sacrificio de amor a nuestro Padre. El ayuno, no necesariamente tiene que ser no comer hasta el almuerzo o durante el día, este se puede traducir en alguna cosa que sacrifiquemos y que nos cueste mucho trabajo realizar.
El arrepentimiento. Para poder refugiarnos en la misericordia infinita de Dios, debemos tener un corazón sincero y arrepentido, hacer un buen examen de consciencia y entregar nuestra vida a la voluntad del Padre.
Al tiempo de Cuaresma le sigue el Triduo Pascual (Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado de Gloria) tiempo en el que conmemoramos la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor, llegando hasta el Domingo de Pascua.
Triduo Pascual de Semana Santa
El Triduo Pascual son los tres días más importantes de la liturgia cristiana, que marcan el fin de la Cuaresma, en los cuales se conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Abarca la totalidad del Misterio Pascual.
El anuncio de alegría y esperanza nos recuerda que todo ha sido renovado con Cristo, muerto por nuestros pecados y resucitado para nuestra glorificación.
El Triduo Pascual, en este sentido, concentra los momentos más importantes del año litúrgico en el cristianismo. Es el momento más importante de la Semana Santa compuesto por los Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo hasta la madrugada, cuando se realiza la Vigilia Pascual en víspera del Domingo de Pascua, con el fin de revivir la alegría por la Resurrección de Jesucristo.
Estos 3 días que comienzan con la Misa Vespertina del Jueves Santo y culminan con la oración de vísperas del Domingo de Pascua, forman una unidad, y como tal deben ser considerados. Las diferentes fases del Misterio Pascual se extienden a lo largo de los 3 días. La unidad del Misterio Pascual nos dice que el dolor no solamente es seguido por el gozo, sino que ya lo contiene en sí.
Su importancia reside en recordar que Jesús en su pasión y muerte nos eximió de culpa y dio la gloria de Dios y la vida por medio de su Resurrección.
Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar en nuestras vidas y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico. Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Lo importante de este tiempo no es recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección.