El día 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción, tuvo lugar la consagración de 72 personas como esclavos de amor a Jesús por las manos de María , que se han preparado para un momento tan importante siguiendo el método de San Luis María Grignion de Montfort.
El acto tuvo lugar en la madrileña Basílica de la Concepción de Nuestra Señora, templo neogótico que ha celebrado su ciento cuatro aniversario en el presente año. La Santa Misa estuvo presidida por el Rector y Párroco de la Basílica, Don José Aurelio Martín, y concelebrada por los Rvdos. D. Pedro Paulo de Figueiredo, D. José Francisco Hernández, D. Michael Carlson y Don César Pastrana.
Los Heraldos del Evangelio hicieron su entrada a los sones del “Cantate Domino” de Haendel, alzando su estandarte e invitándonos a todos a festejar a la Inmaculada Concepción, Patrona de España, dirigiendo nuestra mirada hacia la imagen situada en lo alto del retablo de este maravilloso templo madrileño.
En su homilía, el Rvdo. D. José Francisco hizo referencia a la mencionada imagen, que presenta la particularidad de aparecer rodeada de ángeles, siendo además de la Purísima Concepción, la Reina de los Ángeles, que supo ganar con su humildad, lo que el demonio perdió por su orgullo. El maligno, a través del pecado original, quiso quitar al hombre la gracia de Dios, pero Ella es su mayor enemiga, y nosotros, consagrados a Jesús por María, somos sus aliados contra el mal. Esto es precisamente el logro de los 72 nuevos consagrandos: dar un golpe al maligno a través de su consagración.
Acompañados por las interpretaciones musicales del coro de los Heraldos del Evangelio y tras finalizar la Santa Misa, llegó el momento en que los nuevos consagrandos pronunciaron al unísono y en voz alta la fórmula de consagración ante la imagen peregrina de Nuestra Señora de Fátima.
Fue una celebración que permanecerá en nuestro recuerdo, por su solemnidad en el marco incomparable que representa la Basílica y por la cálida acogida de su Rector y Párroco, Don José Aurelio, que dirigió unas emotivas palabras al concluir la celebración, con la cual, según él mismo expresó: “nuestra parroquia se abre al mundo”.
Fotos: Don Eric Fco. Salas