ÍNDICE
Origen.

Hoy, día 22 de agosto celebramos la festividad de Santa María Reina, que fue instituida por el Papa Pío XII, quien desarrolló ampliamente este tema en la encíclica Ad Coeli Reginam, de 11 de octubre de 1954.
Realeza de Jesucristo. 
Es idea fundamental en el Cristianismo la realeza de Nuestro Señor Jesucristo, participando de la realeza de Dios Padre en un doble sentido: por derecho natural, a causa de su naturaleza divina, y por derecho adquirido, a causa de la redención del género humano realizada por Él. Así aparece reflejado por el Papa Pío XI a través de la Bula Quas primas, de 11 de diciembre de 1925, estableciendo la fiesta de Cristo Rey en la sagrada liturgia, al finalizar el año litúrgico. De forma completamente paralela puede establecerse la realeza de la Santísima Virgen María.
Realeza de la Santísima Virgen.
María es Reina por su maternidad divina y por su papel de corredentora, y lo es de forma paralela y consustancial a Su Hijo. Fue escogida para ser Madre de Dios, y aceptó humildemente y con su mejor disposición la voluntad divina. Nuestra Señora no se convirtió en Reina, sino que nació como tal, ya que fue predestinada para ello desde los primeros tiempos de la eternidad. Así aparece descrita por San Juan en el capítulo 12 del Apocalipsis, como la mujer con atuendo real, vestida de sol, con la luna a sus pies y coronada de doce estrellas.
Compenetración de Jesús y María.
Compartiendo la realeza con Nuestro Señor Jesucristo, la Santísima Virgen está sentada en su trono junto a su Divino Hijo y es, por tanto, Reina y Señora de todo el Universo. Es la más poderosa intercesora ante Su Hijo, el canal por el que se nos conceden todas las gracias y la principal aliada de Nuestro Señor en la lucha contra el maligno, y su victoria está asegurada. San Alfonso María de Ligorio escribió que la Santísima Virgen es Reina por su Hijo, con su Hijo y como su Hijo. Su realeza es objeto de referencias en multitud de himnos con el Salve Regina, y sus imágenes aparecen coronadas para reafirmar ese dominio absoluto sobre sus súbditos.

María, Reina Universal.
María es Reina por ser Madre del Rey de reyes. Todo su dominio y atributos le vienen dados por su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, y es Él quien la configura como Reina y Señora de todo lo creado, de todos los hombres e incluso de los ángeles. Cuando el Arcángel Gabriel saluda a María, sabe que saluda a su Reina. En la prueba de fe y humildad a la que los seres angélicos fueron sometidos, se les comunicó que Dios hecho Hombre nacería de María, y que ambos reinarían sobre toda la creación y, por tanto, también sobre ellos. Una parte de los ángeles no aceptaron dicha declaración, y tras declararse desobedientes a Dios, se produjo su caída y el consiguiente temor que sienten ante Nuestra Señora. Es María quien, a través de su Fiat, da cuerpo a la Palabra de Dios. Siendo Madre de nuestro Redentor, se convierte en nuestra Madre y Reina.
Reina y Madre de Misericordia
Como Madre del Salvador, Nuestro Señora es reina poderosa que se apiada de nuestra debilidad, colaborando con Su Hijo en su plan salvador. Ella intercede ante Él por todos nosotros con maternal bondad, y nada le es negado.
En este día, renovemos nuestro propósito de ser sus dignos esclavos, dirigiéndole nuestra plegaria: “Dios te Salve, Reina y Madre de Misericordia; Dios te salve…”, con el convencimiento absoluto de que sólo a través de la perfecta devoción a Nuestra Reina y Señora, es decir, sólo a través del Reino de María, podrá llegar el Reino de Nuestro Señor Jesucristo.
1 comentario en “Bienaventurada Virgen María Reina”
Hermosas palabras llenas y portadoras de verdad y justicia.
Bendita sea nuestra Reina y Señora
Repleta de gracia y bondad.
Que nos cobije bajo su manto y nos preserve de todo mal. Así sea.