En el año 1917 apareció Nuestra Señora en Fátima a los tres pastorcitos Lucía, Francisco y Jacinta.
Francisco y Jacinta murieron poco tiempo después de las apariciones en olor de santidad.
Lucía vivió todavía muchos años y se hizo religiosa carmelita.
Aquí transcribimos diez citas de la hermana Lucía que nos ayudarán a valorizar más el Santo Rosario.
- “No hay problema por más difícil que parezca, sea temporal y, sobre todo, espiritual; sea referente a la vida personal de cada uno de nosotros o a la vida de nuestras familias, del mundo o comunidades religiosas, o a la vida de los pueblos y naciones; no hay problema, repito, por más difícil que sea, que no podamos resolver ahora con la oración del Santo Rosario”.
- En el libro “Llamadas del Mensaje de Fátima” la Hermana Lucía habla de lo importante del rezo diario del Rosario y escribe que: “rezar el Rosario es algo que todos pueden hacer, ricos y pobres, sabios e ignorantes, grandes y pequeños”.
- Sor Lucía señala en el mismo libro que el Rosario “es la oración más agradable que podemos ofrecer a Dios y la más ventajosa para nuestras propias almas. Si no fuese así, Nuestra Señora no habría recomendado eso con tanta insistencia”.
- La vidente considera en su libro que rezar el Santo Rosario es: “una forma de prepararse para participar mejor en la Santa Misa”.
- Escribe ella que el Rosario es la oración que más nos pone “en contacto familiar con Dios, como el hijo acude a su padre para agradecerle por los regalos que ha recibido, para hablar con él sobre preocupaciones especiales, para recibir su guía, su ayuda, su apoyo y su bendición”.
- La religiosa es contundente al afirmar que quienes “dejan de rezar el Rosario, no tienen nada que los sustente, y terminan por perderse en el materialismo de la vida terrenal”.
- “El Rosario será un medio poderoso para ayudarnos a preservar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad”.
- En una entrevista que concedió al Padre Agostinho Fuentes en 1957, la Hermana Lucía aseguró: “El Rosario es el arma de combate de las batallas espirituales de los últimos tiempos”.
- En la misma entrevista afirmó que la Santísima Virgen dijo que daría a ella y a sus pequeños primos “los dos últimos remedios que Dios daba al mundo: el Santo Rosario y el Inmaculado Corazón de María”.
- Y continuó diciendo: “con el Santo Rosario nos salvaremos, nos santificaremos, consolaremos a Nuestro Señor y obtendremos la salvación de muchas almas. Por eso, el demonio hará todo lo posible para distraernos de esta devoción; nos colocará muchos pretextos: cansancio, ocupaciones, etc., para que no recemos el Santo Rosario”.
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